La estabilidad, pues, es una cualidad de pertenencia sistémica, y la legitimidad (que no es una mera cualidad subjetiva, sino el derecho y el poder de la soberanía) una decisión ciudadana. Pero, históricamente, la estabilidad ha sofocado y enterrado la legitimidad. Tanto, que la historia de ella es pública, oficial y visible, y la de ésta, oscura y soterrada, una historia que solo se hace visible cuando revienta sobre la superficie de aquella. Po...