El estallido de la I Guerra Mundial en agosto de 1914 fue visto por muchos líderes europeos como una oportunidad para limitar el poder de sus rivales económicos y militares. Tanto los gobiernos como sus gentes creyeron que estaban librando una guerra justa, y la mayoría confiaba en que el conflicto sería breve. Al llegar la Navidad de 1914, las esperanzas de una guerra corta se habían evaporado, especialmente en...