En el caso que se analiza, que es el del surgimientos de los Estados americanos, particularmente el de la República de Colombia, como fruto del movimiento de independencia de la metrópoli española, se presentó una situación de gran interés en las regulaciones mercantiles y en general en todo el sistema legal, pues a fin de evitar el colapso de las regulaciones comerciales por las ausencias, vacíos o lagunas legales, inevitables en el momento de la transición inherente a la separación de la península, se optó por la continuidad sustancial del anterior sistema jurídico, entendiendo por tal, el que rigió en el Imperio Español hasta la pérdida del poder o ejercicio de la autoridad por parte del Rey de España, cuando los ejércitos franceses invadieron el territorio ibérico en 1808. Obviamente de esta continuidad se excluyeron las normas que estuvieron en contradicción con la carta constitucional o con las reglas legales que dictase el naciente Estado. Similar proceso ocurrió en relación con la mayor parte de la legislación, claro está que, en ciertas materias regulatorias, como la fiscal impositiva, la de la administración pública o la del comercio intercontinental, la ruptura fue definitiva.