Aprender a escribir es el acto más humano, más igualitario y más importante en la vida de una persona y, por tanto, enseñar a escribir es el acto más generoso, siempre y cuando haya la conciencia clara de que la escritura convierte al esclavo en libre, al obediente en rebelde, al dependiente en autónomo. Enseñar a escribir es caminar en la sublevación del espíritu, que se logra cuando se piensa por cuenta propia y los pensamientos pueden ser guar...