La economía española dio un salto decisivo en su proceso de internacionalización en 1997, cuando por vez primera los flujos de inversión directa extranjera (IDE) emitidos superaron ampliamente a los recibidos, manteniéndose desde entonces (hasta 2002) como un país inversor neto en el escenario internacional. y ello ha tenido su repercusión en el balance entre activos y pasivos financieros -la posición internacional de España frente al exterior po...