«El vicio divierte y la virtud cansa», afirma Juliette, la protagonista de esta obra que el marqués de Sade publicó en 1796 (y fue inútilmente prohibida). En ella, Juliette, que ha visto el amargo final de su hermana Justine –la heroína de Justine o Los infortunios de la virtud–, se entrega sin escrúpulos al vicio y al crimen, pues los considera, entre otras cosas, medios para obtener placer. Juliette se inicia en el exceso de la mano de la abade...