Estamos en una época en la cual se han sobrevalorado los aspectos técnicos, las posesiones, el placer, el frenesí por la actividad y la producción. Somos juzgados y tenidos en cuenta fundamentalmente por aspectos periféricos: tener dinero, ser rumbero, status social..., y se descuidan aquéllos más íntimos, como los principios, la actitud ante la vida, las virtudes personales, el sentido de pertenencia, etc.... Por infortunio, esto se observa algu...