Una grieta abierta a lo largo de los Pirineos provoca la separación de la península ibérica del resto del continente. Transformada en una gran isla flotante, se moverá en la única dirección inexorable: la mera utopía, el ser del mundo. Saramago muestra en esta obra una insólita y sorprendente perspectiva del territorio desgajado, en la que no falta su mirada sagaz sobre los gobernantes, el comportamiento de las masas, el sentido de Europa y la influencia de Estados Unidos.