«La carne es aquí dorada»: los Mares del Sur, que Jack London recorrió y conoció a fondo, fueron para su obra literaria de madurez una fuente de inspiración tan rica y poderosa como lo había sido en su juventud la Alaska de los buscadores de oro. Los cuentos de (1909) están situados en las islas Hawai, donde «la tierra y el mar respiran por turno». Sin embargo, en este paraíso de «Junos madurando al sol» y «bronceados Apolos», el hombre blanco h...