Si es cierto que las historias se hacen a partir de acciones, entonces la escritura de Magela Baudoin se cuela en la respiración entre un hecho y otro. No se trata de un devenir moroso: las palabras sobrevuelan lo que ocurre sin esfuerzo, como si fuesen su única traducción posible. Más bien es como si el lenguaje trabajara en el negativo de la anécdota: no vaciándola de sentido, sino desvistiéndola, mostrándola en su real complejidad, algo así co...