La cultura fue concebida originalmente como un agente de cambio, una misión emprendida con el objeto de educar a las masas y refinar sus costumbres. Pero en nuestro mundo contemporáneo de la modernidad líquida, la cultura ha perdido su rol misional: ya no busca ilustrar e iluminar al pueblo sino seducir al público. Inserta en una sociedad de consumo, su función no consiste en satisfacer las necesidades existentes sino en crear necesidades nuevas,...