Con la autoridad que le confiere haber sido dirigente y Presidente de FECODE, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, Viceministro de Educación Nacional y negociador del estatuto docente de 1979, Abel Rodríguez realiza un detallado análisis y juicio crítico de la educación colombiana después de la Constitución de 1991. De especial importancia es el análisis que realiza del Nuevo Estatuto Docente, de reciente expedición por parte del gobierno nacional y motivo de amplia controversia entre el magisterio.Los seis capítulos que comprenden el contenido de este libro se ocupan de las siguientes materias: en el primero se examina y valora el contenido de los preceptos educativos contenidos en la Carta del 91; en el segundo, se presenta una mirada rápida del pensamiento políticoeducativo que ha servido de marco al proceso; en el tercero, el análisis se traslada a los desarrollos y reglamentos legales del nuevo constitucionalismo educativo; en el cuarto, son los planes de desarrollo los que pasan a ser objeto de averiguación y reflexión; en el quinto, se intenta un balance y unas perspectivas para el trayecto histórico de la educación nacional que se inició con la expedición de la última Carta, tramo que presenta dos momentos claramente diferenciados: el primero, que tiene como horizonte la reforma de la educación, y el segundo, que tiene como propósito un sentido contrario: la contrarreforma. El sexto y último capítulo, se ocupa del Nuevo Estatuto Docente, equívocamente llamado ¨Estatuto de Profesionalización Docente¨, expedido al amparo del Decreto 1278 del 19 de junio de 2002. Abel Rodríguez realiza un análisis del articulado del nuevo estatuto, resaltando sus alcances, limitaciones y los aspectos contrarios al interés del magisterio y la educación, para finalmente presentar un conjunto de propuestas que orienten los refuerzos del magisterio por alcanzar un estatuto docente unificado y renovador.Los seis capítulos que comprenden el contenido de este libro se ocupan de las siguientes materias: en el primero se examina y valora el contenido de los preceptos educativos contenidos en la Carta del 91; en el segundo, se presenta una mirada rápida del pensamiento políticoeducativo que ha servido de marco al proceso; en el tercero, el análisis se traslada a los desarrollos y reglamentos legales del nuevo constitucionalismo educativo; en el cuarto, son los planes de desarrollo los que pasan a ser objeto de averiguación y reflexión; en el quinto, se intenta un balance y unas perspectivas para el trayecto histórico de la educación nacional que se inició con la expedición de la última Carta, tramo que presenta dos momentos claramente diferenciados: el primero, que tiene como horizonte la reforma de la educación, y el segundo, que tiene como propósito un sentido contrario: la contrarreforma. El sexto y último capítulo, se ocupa del Nuevo Estatuto Docente, equívocamente llamado ¨Estatuto de Profesionalización Docente¨, expedido al amparo del Decreto 1278 del 19 de junio de 2002. Abel Rodríguez realiza un análisis del articulado del nuevo estatuto, resaltando sus alcances, limitaciones y los aspectos contrarios al interés del magisterio y la educación, para finalmente presentar un conjunto de propuestas que orienten los refuerzos del magisterio por alcanzar un estatuto docente unificado y renovador.