Desde hace algunos años hemos invocado por la circulación de textos literarios, auténticos en el aula de la clase, como respuesta a la verticalidad y al tono autoritario de los libros de texto. En las observaciones que hemos hecho en las aulas ha resaltado la diferencia protuberante entre la recepción de un libro de texto y la recepción de un libro de primera fuente (una antología de cuento o de poesía, una novela, una revista de divulgación científica, un periódico, etc.) Mientras que el primero hace emerger en el estudiante la inercia y el desgano, en los segundos se asoma el asombro y el interés por encontrar algo nuevo.La antología que aquí se presenta es sólo el comienzo de una propuesta editorial dirigida a los maestros, estudiantes y padres de familia, en aras de conformar una biblioteca básica e ir transformando así las prácticas pedagógicas (las de la escuela y las de la familia), en las que el maestro (así como el padre de familia) asumirá su función interactiva con los niños y jóvenes como lectores en formación. Se trata de ayudar a trabajar en la escuela a partir de la compilación de textos afines, en los géneros y en los tópicos, que posibiliten el arraigo del diálogo entre los textos. La antología que aquí se presenta es sólo el comienzo de una propuesta editorial dirigida a los maestros, estudiantes y padres de familia, en aras de conformar una biblioteca básica e ir transformando así las prácticas pedagógicas (las de la escuela y las de la familia), en las que el maestro (así como el padre de familia) asumirá su función interactiva con los niños y jóvenes como lectores en formación. Se trata de ayudar a trabajar en la escuela a partir de la compilación de textos afines, en los géneros y en los tópicos, que posibiliten el arraigo del diálogo entre los textos. Extrañamente los ventanales de las aulas de clase están cubiertos por pesadas y tupidas mallas. Y las puertas se mantienen cerradas como guardando celosamente un secreto:Dos y dos son cuatro, cuatro y cuatro ocho. Repitan dice el maestro. Pero miren, el pájaro que pasa por el cielo y el niño lo llama: sálvame pajarito. Juega conmigo pajarito. Entonces el pájaro baja y juega con el niño. Repitan dice el maestro, dos y dos... y la posibilidad del juego, de la palabra desatada en risa, en máscaras en arrurú entonado por gigantitos y enanotes, es paredes que se caen y el sol y la luna y el pájaro, inaugurando el gran juego: La escuela, una inmensa aula alegre, espacio lúdico de encuentro con el conocimiento. Bienvenidos a nuestra colección, adelante, los invita la Cooperativa Editorial Magisterio.Dos y dos son cuatro, cuatro y cuatro ocho. Repitan dice el maestro. Pero miren, el pájaro que pasa por el cielo y el niño lo llama: sálvame pajarito. Juega conmigo pajarito. Entonces el pájaro baja y juega con el niño. Repitan dice el maestro, dos y dos... y la posibilidad del juego, de la palabra desatada en risa, en máscaras en arrurú entonado por gigantitos y enanotes, es paredes que se caen y el sol y la luna y el pájaro, inaugurando el gran juego: La escuela, una inmensa aula alegre, espacio lúdico de encuentro con el conocimiento. Bienvenidos a nuestra colección, adelante, los invita la Cooperativa Editorial Magisterio.