En Barranquilla, un niño es partido en dos por su abuela. "Un lado de tu cara es elegante y el otro es vulgar", le dice ante el espejo, mientras traza una línea desde la frente hasta la boca, lanzando una suerte de hechizo social. Aunque ella, a toda costa, intenta que el lado "distinguido" del niño reluzca, la casa se sume en una bancarrota que provoca el quiebre mental del padre y que revela, de maneras insospechadas e hilarantes, esa procedenc...