El suceso más divertido de la imprenta de Jacques Vincent según atestiguó un obrero fue una matanza tumultuosa de gatos. Así se inicia la exploración del autor de los violentos ritos practicado por los artesanos a mediados del siglo XVIII en Francia. En una serie de ensayos elegantemente escritos, el autor exhuma las extrañas y maravillosas visiones del mundo de la gente ordinaria y extraordinaria que habitaba Francia en la época de la Ilustración. Al combinar las técnicas e ideas de la antropología con el arte narrativo del historiador, el escritor evoca lo exótico y el lugar común en la cultura del siglo XVIII francés.