Horado vive tan fascinado con su mujer y sus hijas, que es incapaz de acallarles el bullido cuando se reúnen con sus cuñadas. Está tan deslumbrado con el carácter de su hijo indomable, que no consigue ponerle freno. Adora tanto a sus vacas entrañables, que las atiende como a un par de hijas más. Se aferra tanto a su Volkswagen robado, pero comprado legítimamente, que se niega a devolverlo a las autoridades. Admira tanto cada una de las antigüedad...