El libro defiende una propuesta esperanzada de extensión universalista de la ciudadanía liberal a través de un replanteamiento de las políticas de inmigración en las democracias avanzadas, notablemente las europeas. Sus consecuencias a propósito de la inclusión de los inmigrantes en las comunidades receptoras se analizan en el volumen sobre tolerancia que complementa a éste. La medida, lejos de ser revolucionaria, resulta consistente con el programa normativo de la ciudadanía en las constituciones liberales. Cabría decir que es una exigencia normativa que la práctica institucional, sin embargo, ha terminado por desdibujar a expensas de su propio potencial emancipador.