Leer es volar, recorrer mundos desconocidos, es abrirle las puertas a la imaginación y a la creatividad.¿Y si en lugar de exigir la lectura, decidiésemos de pronto compartir nuestra propia dicha de leerLeer es a la vez, una obligación y una devoción. Su ejercicio es intercambiable, y solo depende de la voluntad, hallar el tiempo y los retazos de tiempo, para realizar esta tarea. Pero es necesario que esto se haga placenteramente. Leer es la más bella de las diversiones; la que menos necesita de tiempo y sazón.¿Y si en lugar de exigir la lectura, decidiésemos de pronto compartir nuestra propia dicha de leerLeer es a la vez, una obligación y una devoción. Su ejercicio es intercambiable, y solo depende de la voluntad, hallar el tiempo y los retazos de tiempo, para realizar esta tarea. Pero es necesario que esto se haga placenteramente. Leer es la más bella de las diversiones; la que menos necesita de tiempo y sazón.Leer es a la vez, una obligación y una devoción. Su ejercicio es intercambiable, y solo depende de la voluntad, hallar el tiempo y los retazos de tiempo, para realizar esta tarea. Pero es necesario que esto se haga placenteramente. Leer es la más bella de las diversiones; la que menos necesita de tiempo y sazón.Extrañamente los ventanales de las aulas de clase están cubiertos por pesadas y tupidas mallas. Y las puertas se mantienen cerradas como guardando celosamente un secreto:Dos y dos son cuatro, cuatro y cuatro ocho. Repitan dice el maestro. Pero miren, el pájaro que pasa por el cielo y el niño lo llama: sálvame pajarito. Juega conmigo pajarito. Entonces el pájaro baja y juega con el niño. Repitan dice el maestro, dos y dos... y la posibilidad del juego, de la palabra desatada en risa, en máscaras en arrurú entonado por gigantitos y enanotes, es paredes que se caen y el sol y la luna y el pájaro, inaugurando el gran juego: La escuela, una inmensa aula alegre, espacio lúdico de encuentro con el conocimiento. Bienvenidos a nuestra colección, adelante, los invita la Cooperativa Editorial Magisterio.Dos y dos son cuatro, cuatro y cuatro ocho. Repitan dice el maestro. Pero miren, el pájaro que pasa por el cielo y el niño lo llama: sálvame pajarito. Juega conmigo pajarito. Entonces el pájaro baja y juega con el niño. Repitan dice el maestro, dos y dos... y la posibilidad del juego, de la palabra desatada en risa, en máscaras en arrurú entonado por gigantitos y enanotes, es paredes que se caen y el sol y la luna y el pájaro, inaugurando el gran juego: La escuela, una inmensa aula alegre, espacio lúdico de encuentro con el conocimiento. Bienvenidos a nuestra colección, adelante, los invita la Cooperativa Editorial Magisterio.