Vestirse en propio del ser humano. Ningún otro ser en el mundo necesita ni elabora un ropaje especial para protegerse, decorarse, afirmar su libertad (ya sea cubriéndose o no) o, incluso, para diferenciarse dentro del grupo o comunidad a la que pertenece. Así comienza Celina Díaz Díaz La moda en Santander, 1850-1930, un doble recorrido, escrito e iconográfico, en el tiempo y los hechos de un departamento que fue laboratorio del experimento radica...