La piel de zapa (1831) es la primera de las grandes novelas de Honoré de Balzac, y representa una especie de transición entre sus primerizos cuentos con elementos fantásticos y sus posteriores escritos de mayor extensión, en donde predomina el análisis psicológico y la observación realista. El simbolismo del talismán que permite a su poseedor satisfacer todos sus caprichos lo utiliza aquí Balzac como hizo siempre con lo : como excusa para expresar su filosofía de la vida, sus profundas reflexiones metafísicas sobre la condición humana, mediante mitos y visiones sobrenaturales que justifican plenamente la conocida objeción de Baudelaire: «Más de una vez me ha asombrado que la mayor gloria de Balzac fuera la de ser tenido por un observador; siempre me había parecido que su principal mérito consistía en ser visionario, un apasionado visionario».fantastique: como excusa para expresar su filosofía de la vida, sus profundas reflexiones metafísicas sobre la condición humana, mediante mitos y visiones sobrenaturales que justifican plenamente la conocida objeción de Baudelaire: «Más de una vez me ha asombrado que la mayor gloria de Balzac fuera la de ser tenido por un observador; siempre me había parecido que su principal mérito consistía en ser visionario, un apasionado visionario».