«SOMOS UNA CORONA. EL PESO DE LA CORONA DEL REY ES MÍO, Y EL DE LA MÍA, ES SUYO».En 1761, en un soleado día de septiembre, un rey y una reina se conocieron por primera vez. Se casaron en cuestión de horas.La princesa alemana Carlota de Mecklemburgo-Strelitz era guapa y terca, y poseía una inteligencia feroz; unos atributos que no eran precisamente los que la corte británica buscaba para la esposa del rey Jorge III. Sin embargo, su ferocidad y su ...