Durante la segunda vuelta del proceso electoral del 2006, se produjo un fenómeno mediático sin precedentes: prácticamente todos los diarios y canales de televisión manifestaron más o menos explícitamente su apoyo a Alan García frente a Ollanta Humala. Esa casi unanimidad fue percibida por algunos sectores de izquierda como sospechosa, asfixiante y sublevante. Veían detrás de ella la acción de grupos de poder o, en el mejor de los casos, el miedo ...