No es extraño que ciudad y centro se toquen en su esencia, se construyan con el mismo adoquín, al fin y al cabo comparten una misma dinámica: por mucho que crezca y se fortalezca su circunferencia, sin el núcleo central quedarían a la deriva, en los extramuros. Perderían sentido el término periferia, pues éste existe en razón a que queda alrededor de un magma, de un origen o, mínimo, de un punto en común; y el término unidad al que sin eje rector...