Debo a la generosidad del autor el honor de prologar este libro, que en realidad no tiene necesidad de prólogo alguno. y ello por dos razones muy elocuentes. En primer lugar, porque el tema resulta atractivo e inquietante por sí mismo. Si nos hallamos inmersos en procesos sociales que conllevan profundos cambios en todos los ámbitos de nuestra existencia, el problema de la trasmisión de los valores, central para la supervivencia de todo grupo soc...