Mientras un bebé es bien recibido, rodeado de amor en su entorno, otro nace en cualquier lugar del mundo, rechazado sin el calor humano ni la seguridad que nos da el amor. Los infantes que han sido privilegiados con una dichosa bienvenida y los que han sido privados de ella, les espera por igual el derecho a ser herederos de la vida terrenal y eterna. La realidad es que no importa la forma como se le dio la bienvenida a ese ser humano, cada uno e...