De sol y arena, pero también de agua y viento están hechas las playas. Los antiguos cuatro elementos de la naturaleza se conjugan ahí para crear lugares mágicos y cambiantes, hogar de una diversidad de plantas y animales que, a primera vista, es insospechable. Las dunas costeras son la otra cara de las playas -la que mira tierra adentro- y han visto nacer a las primeras grandes civilizaciones de la humanidad; hoy, además, son asiento de los compl...