En 2018, un grupo de investigadores descubrió que el algoritmo de YouTube podía identificar correctamente un vídeo de un niño semidesnudo y determinar que esa característica era el atractivo de la grabación, al tiempo que lo promocionaba entre usuarios que buscaban contenido pedófilo. En Facebook tardaron poco en darse cuenta de que los usuarios pasaban muchas más horas en su página cuando las informaciones que leían sobre vacunas eran alarmistas...