EL DERECHO Y LA ANTROPOLOGÍA TIENEN ALGO EN COMÚN: AMBAS DISCIPLINAS SE DAN LA ESPALDA CON FRECUENCIA La conversación es el arte de afilar el conocimiento propio usando el conocimiento de alguien más. Siguiendo este espíritu, el jurista José Ramón Cossío y el antropólogo Claudio Lomnitz han construido, mediante el diálogo, un espacio de asombro y erudición sobre sus respectivas disciplinas: «Cossío quería entender mejor la sociedad en que opera el derecho. [...] Y Lomnitz buscaba entender las regulaciones que imperan sobre la vida cotidiana», se lee en la «Introducción» de esta obra. A partir de estas motivaciones se desata un caudal de reflexiones críticas. Debaten, así, sobre la arrogancia de ciertos planteamientos jurídicos, el enclaustramiento de la antropología, la imposibilidad de empatar el ordenamiento legal con la realidad, los cuellos de botella para entender o resolver el conflicto social que atraviesa México, y analizan qué tan útil -o inútil- es la idea misma de Estado de derecho en nuestra actualidad. A lo largo de la obra, escrita durante la pandemia, se va esbozando una triple invitación: asombrarse de la antropología y el derecho, buscar la urdimbre profunda entre los distintos conocimientos, y convocar la potencia creativa y humanizante de la palabra.