<p>El padre Artimidoro no se considera un asesino en serie, según su juicio; todos los asesinatos que ha ejecutado son ponderados por Dios. Desde los primeros años que inició su vocación de sacerdote en la ciudad de Medellín, Colombia, comenzó a escuchar las confesiones de cientos de feligreses que prontamente ingresaron a su lista para ser plausibles de castigar con la muerte y no para penitenciar con pa...