Si las palabras que la gente pronuncia se las lleva el viento, las que están impresas en papel se las lleva el fuego, o el agua, o los insectos, o las bombas, o la mera negligencia, o el violento odio de un conquistador que pretende borrar el pasado. En esta obra se revisa la aterradora y frecuente práctica de destrucción de libros, en ocasiones como consecuencia de una invasión o una venganza, en otras como resultado de un accidente, en algunas ...