El autor de este texto entrega su más reciente poemario, con el nombre de Líricas y el lector que con él se ha de regocijar, jamás seguramente evocará a personaje universitario tan destacado, ni a científico tan riguroso, sino a un poeta, es decir, a un amigo de su alma y de sus entretelas, como autor de esos versos sencillos y frescos, finos y coloquiales, de exaltación de la naturaleza, y de canto doméstico y amistoso, y de plegaría que se alza...