La ciencia dice que un abrazo es capaz de despertar en nuestro cuerpo todas las sustancias químicas responsables de la felicidad. Parece ser que promueve la segregación de serotonina, oxitocina, dopamina, y endorfinas, que tienen un efecto sedante. Por eso genera una sensación de tranquilidad, de calma, y de bienestar. Lo mejor de todo es que no sólo se produce ese efecto mientras nos abrazamos, sino que se prolonga durante horas. Dentro de unos...