Este libro cuestiona aquello que el neoliberalismo elevó a la categoría de principio universal del desarrollo: un ideal de progreso descontextualizado y la ilusión de una civilización desterritorializada. Al mismo tiempo, propone una idea central: el desarrollo es una categoría política, controversial, que contiene y enlaza las complejas dimensiones de lo real en diversos planos (estructural, institucional, cultural, ambiental, laboral, simbólico...