No me pregunten dónde he encontrado la historia enteramente mitológica que vaya contar ahora: ya no lo sé. La cuestión es que un verano, en una isla de Italia, descubrí por azar un viejo libro de nigromancia sobre mitología olvidada. En todo caso, comprenderán el que estuviera atento a un nombre que hallé en la parte baja de mi libro de nigromancia: el de Antedipo, y luego, jugarreta del inconsciente, perdí el libro... He debido condensar toda mi...