Antonio tenía 10 ó 12 años, nunca había pisado un estadio, pero, de haberlo tenido hubiese puesto aquel millón del salvataje en ese mismo momento. Sin dudarlo. Semejante fenómeno de adhesión no fue obra del fútbol sino de las transmisiones radiales. La radio propagó la pasión como un incendio. La llevó a los pueblos, al campo, a las ciudades sin clubes importantes. Él es uno de los cientos de millones que fueron atraídos al fútbol gracias a esa ...