No sólo Mao ante las masas, sino también decenas de amas de casa armadas con escobas, decenas de maquinillas de afeitar Gillette y cientos de chocolates Mon Cheri. En un juego de percepciones en el que nada (o todo) es lo que parece, en medio de la profusión de latas de comida, productos de limpieza, coches, edificios de hormigón armado y autopistas que pueblan las obras de Thomas Bayrle (Berlín, 1937). Aclamado como una de las voces del arte pop en Alemania, lo cierto es que las exhibiciones visuales irónicas, repetitivas y casi grotescas de Bayrle terminan por subvertir los paradigmas del movimiento pop. Sus obras son prácticamente mapas psicodélicos construidos a partir de mosaicos de imágenes y efectos alucinantes hasta un punto mucho más allá de los efectos hipnóticos y superficiales del pop. Este libro, basado en la primera retrospectiva dedicada a este artista de artistas, reproduce parte de su obra.