Quien desee comprender la figura de Michelangelo Merisi, Caravaggio, puede visitar los palacios, los callejones y las celdas, las iglesias sombrías, los puertos y las playas desiertas donde vivió y murió; quizá rastree las mentiras dichas a la policía y las evasivas declaradas ante un tribunal, los rumores y los comentarios vengativos, las amenazas y los estallidos de ira; pero M, como pintor y como hombre, continuará siendo un misterio. Peter Ro...