La montaña es un reencuentro y una redención hacia lo infinito, la continuación de muchas vidas que siguen entrelazándose. Poco antes de morir, en las afueras de Róterdam, Mafred Janssen le encargó a su hija un último deseo: enterrar sus cenizas en la Sierra Nevada de Santa Marta —donde había vivido— y sembrar allá una ceiba. Esta misión cambiará el destino de Marysa, que, después de mucho tiempo, debe regresar a Colombia; pero también de Jacinto...