Harta de la intolerancia, de que el mundo esté «manejado con los pies» y de que no haya manera de que los humanos nos pongamos de acuerdo, y convencida de que ella es tan ciudadana como la que más, Mafalda despliega lo mejor de sí misma en el análisis crítico de la realidad política y social que la circunda.
Bajo su lupa pasan la democracia, el estado del mundo, la desafección de los gobernantes, los conflictos internacionales, la pobreza, los d...