Esta novela, madura en su escritura y bien concebida en la trama, recrea un entorno anárquico y aparentemente absurdo de los años noventa: en una ciudad de incesante primavera y rodeada de montañas, Sebastián de la Torre hace un esfuerzo por reconstruir los detalles de los días que fueron aniquilando el sentido de su mundo y el de sus amigos y conocidos. Envuelto en una caótica maraña de recuerdos, intenta organizarlos de una manera lógica, hilva...