"No ha de resultar faena simple homenajear a un escritor tremendamente profundo y crítico, pretendiendo a la vez seguir las huellas del teólogo-maestro al dar continuidad a la tarea de liberar la teología de sus sesgos, prejuicios y no tan ingenuas ataduras. Pero este libro lo logra. Porque al igual que a Segundo, al colega, hermano y amigo sacerdote Álvaro Mejía, en sus cursos parroquiales, sus homilías y su actividad docente y pastoralista, le ...