Suponemos que si usted tiene este manual en sus manos es porque lo necesita o le resulta útil. Pues bien, lo dejará de necesitar cuando sea capaz de violar la mayoría de las reglas que aquí proponemos, no solo sin que se note sino con provecho. Antes, sin embargo, le conviene dominarlas para aspirar a jugar con ellas. Un principio paradójico del conocimiento es que las excepciones suelen ser más interesantes que las reglas, aunque dependen de ell...