El interés por aprender a tocar la guitarra es una constante generación tras generación; en consecuencia, ahora es frecuente que en escuelas, casas de cultura y academias, su aprendizaje tienda a hacerse en forma grupal. Debemos considerar que cuando se forman los grupos para el aprendizaje de la guitarra, se da cabida tanto a alumnos que nunca habían tenido contacto con el instrumento, como a quienes ya tienen nociones y, también, suelen integrarse algunos avanzados. Por las características heterogéneas y el elevado número de estudiantes con los. que resultan dichos grupos, es imperioso diseñar estrategias de aprendizaje pensando en optimizar, no sólo el esfuerzo de todos los involucrados en el proceso, sino también el escaso tiempo del que disponemos para la práctica y supervisión del trabajo de los aprendices. Además, conforme se desarrolla el proceso, se van observando diferencias en cuanto a las dificultades y aptitudes propias de cada alumno, que condicionan no solamente el ritmo de su aprendizaje, sino también el momento más oportuno para que aborde determinados aspectos. Por todo ello, este sistema se ha concebido para trabajarse tanto en talleres libres como en una clase privada, o en la clase de una asignatura dentro de un mapa curricular institucional donde el aprendizaje debe ser evaluado. Esta metodología consiste en un conjunto de lecciones dirigidas a satisfacer tales necesidades, además de estimular el trabajo autónomo de los alumnos, generar hábitos de estudio, auto disciplina, sentido de responsabilidad y fortalecer su capacidad de trabajo en equipo. He tratado de, no sólo respetar, sino de aprovechar los diferentes estilos de aprendizaje que tengan los estudiantes. Por ello, las instrucciones se presentan atendiendo a diversos canales sensoriales. Los principales objetivos de este trabajo son que el estudiante aprenda a tocar la guitarra y, al mismo tiempo, adquiera la habilidad de leer música. Por ello no he querido hacer mayor énfasis en cuestiones técnicas. Primero, con la idea de ser compatible con diferentes criterios y, segundo, porque toda observación técnica suele ser infructuosa sin una estrecha supervisión.