Marala Bertrand decide viajar por tierra desde Caracas, Venezuela, hasta la ranchería El Escondido, en territorio venezolano y cerca de la frontera colombo-venezolana. Allí pretende recoger la información necesaria entre sus pobladores, los indígenas urawíes, para elaborar la tesis de grado de su maestría en Educación. Marala nunca imaginó 10 que el destino le deparaba para ese viaje de estudio e investigación. Extraviada de la ruta y sin saberlo, ya en La Guajira colombiana, solicita posada en una rica hacienda, La Costera, donde es recibida y atendida por su elegante propietario, Aitor, quien además se ofrece para llevarla a la ranchería urawí que ella busca. A partir de allí la existencia de Marala se transforma en un remolino de alucinantes experiencias que se mezclan con las de un pasado en el que al parecer ella ha vivido. A través del amor y de la milenaria sabiduría indígena, Marala luchará para tratar de recuperarse a sí misma.