Lo primero que sorprende al leer esta novela del cubano José Prats Sariol es que en nada se parece a las que suelen exhibirse con abrumadora frecuencia en las mesas de novedades de librerías y supermercados. A medida que vamos penetrando en la densa trama de los más dispares destinos, tejida con una soberbia malicia a la que ya el lector de hoy no suele estar acostumbrado, no podemos menos de caer en un asombro teñido de curiosidad, casi diría yo...