Termina una fase en la historia de Marruecos: la de la «postindependencia». La independencia ha marcado las cuatro largas décadas transcurridas desde su advenimiento hasta la muerte de Hassán II. El monarca fallecido en julio de 1999 era hijo de la generación de la independencia como lo es el primer ministro Abderrahmán Yusufi y casi todos los líderes políticos actuales berberistas islamistas o izquierdistas. El relevo en el Trono dando paso a un monarca nacido en los años 60 que sintoniza generacionalmente con otros ideales abre un nuevo ciclo de la historia de Marruecos. Tres cuartas partes de la población marroquí ha nacido después de 1960 y empieza a encontrar caduco el discurso de la independencia. Los mitos sobre los que se construyó el Marruecos del período anterior se ponen en cuestión. Un Marruecos que antepuso los valores del patriotismo a los de la ciudadanía de la nación frente a la solidaridad regional donde el individualismo feroz campaba por sus respetos mientras el individuo no tenía aún derecho de existencia.