En algún punto, el viaje se convierte en el destino mismo:la ciudad visitada, la persona amada, los libros leídos, los encuentros noesperados. Grandes historias se consuman en esta paradoja sin héroe nivictoria. Pero la poesía siempre nos devuelve a un lugar, al vientre de laballena, al origen del mundo, al tiempo de uno mismo. Melville en Jerusalem esel diario poético de aquel que no se resigna con recordar, sino que retorna aun tiempo presente...