"Cierto es que no soy hombre de letras, y que no sé poner en orden lo que escribo. Empecé esta labor empeñado en narrar las desgracias que han asolado nuestro país y nuestra fe, producto de la insensatez y del egoísmo no sólo de religiosos o políticos, sino también de nosotros, los militares. La indignación de ver los graves errores que han causado la muerte de tantos inocentes, es lo que me ha impulsado a ponerlos por escrito hasta el día de hoy...