A la luz crepuscular del Siglo de las Luces, el ímpetu conquistador de Napoleón Bonaparte y la fuerza científica de la Revolución industrial dejaron su impronta en los viajeros del siglo XIX. Imponer la deslumbrante civilización occidental a los pueblos "primitivos" fue uno de los grandes imperativos europeos de la época. Entre julio de 1837 Y noviembre de 1839, Isidore Lówenstern, ataviado con estas vestiduras ideológicas -y auxiliado por una pr...