Hace nueve años, Vivienne Jones recompuso su corazón roto como lo haría cualquier bruja joven: vodka, música para llorar, un baño de burbujas... y lanzó una maldición sobre su detestable novio. Sí, vale, Vivi sabía perfectamente que no debía usar su magia para estas cosas, pero ¿qué iba a provocar, aparte de un par de días malos, con solo una vela perfumada?
Y pareció funcionar hasta que Rhys Penhallow, descendiente del fundador del pueblo y t...